La chinchilla
brevicaudata en la época precolombina vivía en un extenso territorio de la Cordillera de los Andes
y en alturas superiores a los 3.000 metros sobre el nivel del mar.
Hoy podemos describir como antiguo hábitat el sur de Perú y Bolivia y
norte de Chile y Argentina.
En estas zonas de
la cordillera la vegetación es extremadamente escasa
con suelos secos, áridos y en
algunos lugares muy rocosos. La temperatura
oscila entre los 20ºc. bajo
cero y los 18ºc. sobre cero, manifestándose las prin-
cipales precipitaciones en
forma de nieve y granizo.
Con el paso del
tiempo, y en medida que el hombre avanzaba depredan-
dola en busca de su valiosa
piel, y del intenso pastoreo de sus rebaños, las chin-
chillas sobrevivientes
comenzaron a abandonar las montañas situadas a mas de
3.000 metros sobre el
nivel del mar, emigrando a zonas totalmente desoladas
a donde el ser humano no llega
con facilidad. Es así que las colonias que encon-
tramos están situadas en
verdaderas islas desoladas en medio de la cordillera,
en alturas que van desde los 3.600 a 5.000 metros sobre el
nivel del mar, en
donde el oxígeno del aire es
tan escaso, que a cualquier ser vivo visitante le
resulta imposible una cómoda
estadía.
Tras el relevamiento
que realicé personalmente en alta montaña duran-
te dos años y que cubrió casi
la totalidad del territorio que se describía como
hàbitat en la década del 80,
obtuve como resultado que las brevicaudatas “no
se extinguieron”, gracias a Dios que las
protegió, o como me dijo un nativo:
a las chinchillitas las protegió La Pachamama.
Después de una
gran satisfacción por haberlas encontrado, un gran
dolor y preocupación. Las
brevicaudatas, aquellas que son consideradas por
escritores, estudiosos,
criadores, tramperos, comerciantes, etc. Como la mejor
de las chinchillas silvestres,
la que fuera mas castigada por el hombre, se en-
cuentra al borde de la
extinción, en número muy reducido de ejemplares
por
cada colonia que encontramos.
El hábitat
actual de las brevicaudatas se redujo sustancialmente,
habiendo encontrado
brevicaudatas cordilleranas que son de color gris amari-
llento, amarronado, de tamaño
medio ,con un peso en animales adultos de en-
tre 500 grs. y 700 grs., en
lugares tranquilos, alejados de caminos o senderos
y en alturas de entre 3.600 y 4.000 m.s.n.m.. Esta subespecie tiene
caracterís-
ticas similares a las brevis
argentina, boliviana o real en cuanto a su largo de
pelo y conformación general,
teniendo menor atractivo por su color de piel
amarronada y poseer menor
tamaño.
El territorio
que habitan si bien es muy pobre en pasturas, no dejan de
gozar de suficientes recursos
para la vida; en estos lugares también el agua es
mas generosa, ya sea por
pequeños arroyos, lagunas temporarias o plantas car-
nosas ricas en agua como
algunas variedades de cactus.
Es común
encontrarlas conviviendo en cuevas junto a otros roedores
menores como el chozchorito
o rata andina y el ratón chinchilla ceniciento.
De esta subespecie encontramos
dos colonias. Una de ellas ,
la mas numerosa ,no
superaría los 20 ejemplares , habitando
en
grupos o familias
separadas, en una misma ladera de cerro. La otra colonia
se encontraba a mas de 100 kilómetros de
distancia y la descubrimos en una
expedición diferente a la
anterior, porque claro está que no basta con llegar
a los 3.500, 3.800 o 5.000 metros sobre el
nivel del mar para avistar chinchi-
llas, ya que estamos
tratando con animales en extinción, que
se encuen-
tran en determinado terreno
que solo el entendido conoce, no estando por
supuesto todos ellos habitados. Si
a esto le sumamos que las chinchillas son
de hábitos nocturnos y que
se debe transitar en motos todo terreno por luga-
res donde no existe camino ni huella alguna y luego
en determinados sitios
hay que hacerlo a pie
entenderá el lector lo lento y costoso que se hace un
estudio de esta naturaleza.
Existe otra
subespecie que es quizás la que el Dr. Juan Grau men-
ciona en una de sus obras
como chinchilla indiana, que fenotípicamente
(aspecto exterior) muestra
cuello algo mas largo y cuerpo menos rechoncho
o cilíndrico que las otras brevis,
dando la sensación de una brevi cordillerana
flaca. Su color también es
amarronado, algo menos densa su piel , y orejas
chicas, pero no tan
redondeadas, de forma mas bien alargada, como un F1
o mestizo de lanígera y brevicaudata.
Observándola a cierta distancia con
binoculares, se asemejan
mucho a la vizcacha andina, haciendo salvedad de
su cabeza que en las brevis
es mas redondeada y ancha y de las extremidades
que son típicas del género
chinchilla, ya que la viscacha andina posee extre-
midades mucho mas largas y
fuertes y cuando corre lo hace generalmente
levantando su larga cola,
cosa que no ocurre con las brevis.
De esta
nueva subespecie o variedad encontramos una sola colo-
nia a 3.900 metros de
altura, lo que nos llamó la atención es que fue la úni-
ca que encontramos en cercanías
de un camino de poco tránsito y a no mas
de 1 Km. de distancia de unas
casitas de lugareños que efectúan cotidiana-
mente en el lugar el
pastoreo de sus rebaños.
Por último y
no por casualidad, dejé para el final tratar el tema
de la chinchilla
brevicaudata boliviana, argentina, o para mi, la chinchilla
real.
Esta sub
especie de chinchilla es la mejor chinchilla silvestre
que existió y existe. Se
trata de un animal grande con un peso de entre
600 grs. y 1 kg., con una longitud de
cuerpo que supera ampliamente
los 30 cm., bien compacto,
cilíndrico o rechoncho. Pelo extremadamente
largo que en algunos
casos llega a 5 cm., de un color gris plomo
y en
animales maduros se
observa un color ligeramente azulado; tienen cabeza
chata en su parte frontal,
orejas redondas poco visibles.
De este
tipo encontramos solo una colonia, en territorio de la
Provincia de Salta.
Los
lugares que habitan estas brevis son extremadamente deso-
lados, generalmente en
laderas de montañas con abundancia de grandes
rocas de origen volcánico,
a mas de 4.500 metros
sobre el nivel del mar.
La vegetación es muy
pobre, con predominio de pajonales y algo de aña-
gua. Es curioso que la
colonia avistada no tenía agua en sus cercanías; la
aguada mas cercana que es una pequeña
laguna temporaria, se encuentra a
mas o menos dos kilómetros
de distancia.
También
encontramos vestigios de las travesuras del hombre
en el pasado; se trata de pircas de piedras
tipo corralitos que usaban para
trampear ejemplares.
En
general todas las brevicaudatas corren serio peligro de ex
tinción, pero la que se
encuentra en un crítico estado de desaparición es
esta sub especie, la boliviana, argentina o real.